Nuestro
papel como padres y madres es fundamental en la identificación y la
búsqueda del tratamiento adecuado. También lo es en la creación de
un ambiente familiar que estimule el aprendizaje matemático,
despertando inquietudes, ofreciendo posibilidades, reforzando los
avances, etc.
A
continuación, señalamos algunas orientaciones a tener en cuenta que
puedan facilitar este aprendizaje en nuestro hijo:
• Despertar
desde pequeños su curiosidad e interés hacia los números, de
forma
lúdica, con juegos (a las tiendas, al supermercado, etc.), con
ejemplos
de
la vida real, con problemas divertidos, etc. Que nuestro hijo vea que
las matemáticas pueden ser divertidas y muy prácticas. El
componente afectivo del aprendizaje, la actitud y la motivación
serán sin duda un elemento fundamental en su posterior aprendizaje.
• Fomentar
aquellos juegos en los que se desarrollen las habilidades numéricas
(oca,
parchís, monopoly, bingo, barcos, lego, tres en raya, ajedrez,
dominó, cartas, juego supermercado, etc.), ya que el juego desempeña
un papel fundamental en el conocimiento y utilización de los números
y en la consolidación y automatización de estas habilidades.
• Tener
en casa una actitud positiva hacia las matemáticas, evitando
comentarios sobre si son difíciles o aburridas o diciendo que a
nosotros también nos “costaron”.
• Recordar
siempre nuestro papel educativo con nuestros hijos, que somos sus
referentes y su modelo, por lo que podemos ayudarle a aumentar su
motivación hacia el aprendizaje mostrando nuestro interés y
curiosidad por los conceptos matemáticos.
• Enseñarle
el valor de las matemáticas en la vida cotidiana, en actividades
necesarias
y frecuentes, y la importancia que pueden tener en su futuro.
• Animarle
a que desarrolle con nosotros su capacidad para resolver problemas,
por ejemplo, incluyéndolo en actividades cotidianas (comparar
artículos
en una tienda, pesar cantidades diferentes de comida, calcular
las
medidas para colgar un cuadro, planificar los días de unas
vacaciones,
seguir
una receta de cocina, etc.), realizando con frecuencia ejercicios
divertidos y convirtiendo cualquier situación cotidiana en un juego
matemático.
De
esta forma, podrá investigar, cuestionar y resolver problemas.
• Ayudarle
a relacionar los problemas planteados en las tareas escolares
con
situaciones y ejemplos de la vida real. Por ejemplo, ayudarle a
aprender
desde
el principio conceptos como cantidad, orden, tamaño, espacio y
distancia
con situaciones cotidianas u objetos cercanos a él.
• Unir
temas de su interés con la realización de cálculos numéricos (por
ejemplo,
animales, deportes, cocina, pintura, etc.).
• Practicar
con ellos ejercicios en los que pueda tener una percepción visual
de
los problemas, es decir, visualizando los conceptos y problemas
con
objetos y situaciones reales. Muchas veces los procesos matemáticos
y
el código numérico y verbal resultan demasiado abstractos por lo es
importante aproximarse a estos conceptos con actividades
multisensoriales,
es
decir, desde otros sentidos que puedan facilitarlo, especialmente el
visual.
• En
el momento de realizar este tipo de tareas, promover que las ejecute
y
las
verbalice al mismo tiempo.
• Cuando
tenga que memorizar operaciones y fórmulas matemáticas, animarle
a
que utilice una música adecuada que le facilite este proceso.
• Enseñarle
a realizar y resolver problemas matemáticos de forma mental,
es
decir, en su cabeza, haciendo cálculos mentales rápidos de
situaciones
cotidianas.
• Cuando
esté resolviendo problemas matemáticos, o situaciones cotidianas,
pedirle
que nos explique cómo llegó a la solución correcta, de esta
forma
podremos ver de qué forma razona matemáticamente y dónde puede
necesitar
más ayuda. Nosotros podemos compartir con ellos nuestra
forma
de razonar.
• Del
mismo modo, cuando esté realizando problemas, que nos los lea en
voz
alta, y observar si las dificultades pueden venir de una falta de
comprensión de los mismos.
• Ayudarle
a que encuentre estrategias cognitivas que le faciliten el cálculo
mental
y el razonamiento visual, es decir, pequeños “trucos” que le
puedan
servir.
• Valorar
y reforzarle el esfuerzo a la hora de realizar los problemas, no
solo
el resultado.
• Potenciar
el uso de las nuevas tecnologías para practicar y hacer ejercicios
lúdicos.
Hay múltiples páginas en internet que permiten hacer juegos
matemáticos de forma divertida y dinámica.
• Si
es posible, trabajar con él, a través de ejercicios y actividades
sencillas
y
entretenidas, según la edad y sus dificultades, conceptos como (se
puede
hacer
con la plastilina, por ejemplo):
Asociación
del número con la cantidad que representa: mediante
referentes visuales, concretos y manipulativos, se puede utilizar el
ábaco. Contar y hacer grupos de objetos.
Trabajar
la noción de proporción y cantidad: conceptos como mucho,
poco, bastante, más o menos, mayor, menor, y la reversibilidad.
Conservación
de la cantidad: esta noción está en la base del concepto de
número y de las operaciones y significa que, aunque exista una
diferencia en los atributos físicos de los objetos, hay una base de
realidad que sobrepasa estas diferencias. Por ejemplo, 2+2 = 3 +1.
Secuencias
ordenadas de objetos o números, ejercicios de seriación
(presentar series de números y ordenarlos de mayor a menor y
viceversa, completar los que faltan….). Fundamental para
desarrollar una comprensión matemática mayor.
Clasificaciones
de elementos: partiendo de clasificaciones simples hasta
llegar a las más complejas y trabajar las relaciones dentro de esas
categorías.
Reforzar
el pensamiento lógico a través de conversaciones.
Ejercicios
que le ayuden a consolidar la línea numérica mental para
fortalecer el concepto numérico básico.
Practicar
diariamente el cálculo mental para mejorar la agilidad de los
cálculos: inicialmente en la suma y resta y después incorporando la
multiplicación y la división.
Ejercicios
que le ayuden a entrenar la memoria corto plazo y entrenar
la
atención sostenida: para mejorar la ejecución en los cálculos y
los pasos necesarios para resolver un problema.
Trabajar
el entrenamiento en autoinstrucciones, identificando todos los
pasos para realizar cálculos y resolver problemas.
• Si
hacemos ejercicios con nuestro hijo, darle tiempo suficiente para
resolver los problemas y asimilar los conceptos, sin presionarle en
el aprendizaje de estos conceptos. Apoyarle, dándole el tiempo
necesario para ello.
• En
los ejercicios, facilitarle hojas y espacio para escribir para que la
información esté despejada y tenga suficiente espacio visual.
• Respecto
al uso de la calculadora, podemos dejar que la utilice como
apoyo
para resolver operaciones básicas si,todavía no se ha aprendido la
tabla de multiplicar, para que no se retrase el aprendizaje de otras
operaciones más complejas (y, más adelante, será necesario
fortalecer el aprendizaje de la tabla).
• Mantener
una comunicación y colaboración constante con el tutor del centro
para conocer su evolución, que nos aporten diferentes orientaciones
y pautas para trabajar en casa, etc.
• Si
es necesario, contar con la ayuda de un profesional.
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