En un pueblo muy pequeño al norte de la India vivía un niño que
se llamaba Jamal. Era de familia muy humilde, compartía habitación
con sus cinco hermanos y nunca había ido más allá del bosque que
rodeaba su aldea. Se dedicaba a ayudar en las tareas de casa, cuidar
el ganado y en los ratos libres jugar con sus amigos a construir
grandes figuras de barro que los pequeños bautizaron con el nombre
de Downies, con el deseo que esas figuras se convirtieran en los
guardianes de su humilde aldea.
Pero llegó un día que esa
rutina de todos los días no fue suficiente para Jamal. Sintió un
cambio en su interior, era la necesidad de conocer otras realidades y
visitar otros lugares.
Jamal explicó a sus padres esa nueva
necesidad que sentía y los dos lo comprendieron pero su padre le
contestó que, después de su viaje, regresara al pueblo cargado de
riquezas, que esa sería la forma de ayudar a su familia a salir de
la pobreza. Su madre en cambio desapareció unos minutos y regresó
con un pequeño guerrero de barro, semejante los guerreros Downi que
Jamal solía construir con sus amigos, envuelto en un pañuelo. "Ves
tal lejos como te lo pida el corazón, él te protejerá", le
dijo depositando la pequeña figura en su mano.
Así fue como el pequeño Jamal dejó el lugar que lo había visto
nacer y crecer y se adentró en el bosque, cruzó montañas, malvivió
en grandes ciudades, aprendió a meditar en los grandes templos
hinduistas, se refugió en la guarida de sabios expertos en la
sanación con yerbas mágicas, lucho contra animales y aprendió a
respetarlos y domesticarlos. Vivió mil y una aventuras que lo
formaron y lo enriquecieron como persona.
Jamal regresó a su
poblado años después pero no cargado de riquezas como le exigió su
padre, sino cargado de experiencias y conocimientos. Jamal se había
convertido en uno de los hombres más sabios del país y trajo a su
pueblo la riqueza soñada por su padre pero gracias a la astucia que
había adquirido durante su viaje.
Desde aquel día en el
poblado de Jamal, todas las mujeres cocinan deliciosos downies de
chocolate en forma de guerrero que les recuerdan a los niños de la
aldea que con el conocimiento pueden llegar hasta donde quieran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario