Pasos hacia adelante:
1.- Tener una actitud positiva hacia el colegio, el profesorado, y
los deberes de nuestros hijos.
Aunque vengamos cansados del trabajo o no estemos de acuerdo con
que el colegio mande deberes, tenemos que mostrar paciencia,
reconocer el valor de los deberes, haciéndoles ver la importancia de
realizarlos cada día, y hablar bien del colegio y los profesores. Todo ello facilitará que la actitud de nuestros hijos hacia el estudio también sea positiva.
2.- Proporcionar a nuestros hijos un espacio de estudio fijo (a
ser posible en su cuarto).
Para que se concentren más fácilmente, el espacio ha de ser
siempre el mismo, que invite al estudio, cómodo, agradable,
silencioso y donde no encuentre demasiadas distracciones (sin
televisión, sin el ordenador encendido delante, con el móvil en
silencio, etc.).
3.- Potenciar en nuestros hijos un hábito de estudio
diario que les ayude a planificarse, a ser constantes y a adquirir
aprendizajes a largo plazo.
Para ello, establecer conjuntamente con ellos un horario semanal,
donde aparezca diferenciado el tiempo de estudio y el de ocio, y
colgarlo en un sitio visible de su habitación.
4.- Ayudarles a organizarse y planificarse
Es importante que nos sentemos con nuestros hijos a
revisar su agenda, sus exámenes y trabajos, sus fechas de entrega, etc.
5.- Potenciar su responsabilidad y autonomía con los deberes
Tienen que aprender que ellos mismos son los responsables de sus
estudios, que son los que tienen que realizar sus propios deberes y
prepararse sus exámenes. Y si tienen un problema o dificultad,
tienen que aprender a encontrar soluciones por sí mismos, a vivir
las consecuencias de no entregar algo a tiempo, etc.
Por ello, cada año hay que ir dejándoles más responsabilidades
para ir desarrollando su autonomía.
6.- Supervisar y generar un buen clima de colaboración con
nuestros hijos.
Aunque deben hacer solos sus deberes, tenemos que mostrar una
actitud de disponibilidad y ayuda para que perciban nuestro interés
y sientan que pueden contar con nosotros (interesándonos por sus
deberes, orientándoles en las dificultades, asesorándoles sobre
técnicas de estudio, etc.).
Además, estos momentos son oportunidades para, por un lado,
fortalecer el vínculo con ellos y mejorar las relaciones familiares
y, por otro, conocerles mejor y poder identificar sus virtudes y
habilidades, sus aspectos a mejorar y sus carencias.
7.- Supervisar que nuestros hijos duerman bien.
En edades de primaria se recomienda entre 8 y 10 horas y en
secundaria entre 7 y 9 horas. La falta de sueño afectará a su
rendimiento, a su estado de ánimo y a sus capacidades intelectuales.
Además, antes de ir al colegio es importante que desayunen bien y
vayan con el material necesario.
8.- Desarrollar y reforzar desde pequeños el afán de aprender
nuevas cosas y la curiosidad natural de nuestros hijos.
Estando atentos a sus inquietudes, escuchándoles, respondiendoles
a sus preguntas, potenciandoles sus capacidades artísticas,
promoviendo la lectura en casa, explicándoles lo que vemos a nuestro
alrededor, etc.
De esta forma, podremos desarrollar su motivación hacia el
aprendizaje.
9.- Proporcionarles un ambiente donde el aprendizaje y el saber
sea un valor, creando situaciones donde puedan aplicar los
conocimientos aprendidos y ofreciéndoles estímulos por explorar.
Es importante que hablemos con nuestros hijos antes,
durante y después de cualquier actividad para reforzar cualquier
aprendizaje.
10.- Encontrar maneras de motivar a nuestros hijos.
Para ello es importante acercarnos a ellos, estar atentos a su
estado de ánimo, escucharles, conocer su realidad más de cerca,
respetar su ritmo en los procesos vitales difíciles (divorcios,
cambio domicilio o colegio, etc.), entender y conocer cuáles son las principales causas que le desmotivan y poder así darles solución.
Cuando sepamos qué puede desmotivarles será más fácil
encontrar una solución.
11.- Reforzar sus logros y especialmente su esfuerzo al realizar
una tarea (aunque no hayan conseguido el objetivo propuesto).
Es muy importante que nuestros hijos tengan confianza en
sí mismos y una buena autoestima y para ello es fundamental nuestro
elogio, al que responden muy bien. Cuando tengamos que hacer alguna crítica que sea constructiva, dando
pistas orientadas a que mejoren y no a que se sienta incapaces.
Además, también les podemos ayudar a transformar los fracasos en
oportunidades de crecimiento, analizando sus causas, para que así se
puedan convertir en logros.
12.- Potenciar de forma especial su motivación hacia la lectura.
La habilidad lectora es muy importante para tener éxito en los
estudios ya que favorece la capacidad de lectoescritura y el
rendimiento escolar en general. Por ello, es importante incorporar la
lectura a las rutinas familiares. En este sentido, es recomendable
que cuando nuestros hijos sean pequeños les leamos cuentos con la
mayor frecuencia posible. A medida que van creciendo, podemos
proporcionarles libros para que lean solos. Es importante además que
en casa haya libros, revistas, periódicos, etc. y que nos vean a nosotros disfrutar de la lectura
13.- Fomentar y cuidar la comunicación familiar.
De esta forma, ayudaremos a nuestros hijos a mejorar su
comunicación lingüística, ayudándoles a que se expresen
correctamente y proporcionándoles riqueza de vocabulario en el
contexto familiar. Todo ello, por un lado, mejorará su capacidad lingüística y su capacidad para pensar y, por otro, mejorará la
relación con nuestros hijos y nos permitirá conocerlos
mejor y reforzar el vínculo.
14.- Mantener un contacto personal con el tutor o tutora de
nuestros hijos para hacer un seguimiento de su evolución en el
colegio.
Es recomendable acudir a las reuniones con el tutor dos o tres
veces al año, especialmente en Primaria. Es importante que la
comunicación sea en los dos sentidos, es importante que utilicemos
la agenda escolar como otra forma de comunicación
(especialmente si no podemos acudir al centro).
PASOS HACIA ATRÁS...
1 Compararles continuamente con hermanos, primos, amigos, etc.
2 Hacer los deberes por nuestros hijos o darles la
respuesta a un problema.
3 No respetar su tiempo libre y de ocio.
4 Atosigarles con los deberes, estando demasiado encima de ellos y
preguntándoles constantemente si los han hecho.
5 Presionarles demasiado, sin respetar sus ritmos de aprendizaje.
6 Hablar mal del colegio y de lo poco que sirve hacer los deberes.
7 Únicamente criticarles aquello que hacen mal, sin reforzarles
nunca lo positivo.
8 Reforzar sus logros únicamente con premios materiales.
9.Pensar que los estudios es lo único importante en la vida de
nuestros hijos.
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